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El embarazo puede provocar sequedad ocular y otros cambios en la visión

Mujer embarazada con irritación ocular

Muchos de los cambios durante el embarazo se conocen bien (alteraciones hormonales, antojos de comida, cambios de humor, náuseas matutinas, crecimiento de la barriga…), pero no todas las mujeres saben que durante esas 40 semanas de gestación también pueden producirse cambios en la visión. 

La cascada de hormonas que inunda el cuerpo de una mujer embarazada afecta todos los tejidos y órganos, incluidos los ojos.

La mayoría de los cambios oculares son transitorios y leves y desaparecen después del parto, aunque algunos pueden indicar un problema más grave. 

Aquí explicamos los cambios oculares más comunes a raíz del embarazo, qué los causa y qué hacer al respecto:

Visión borrosa y sequedad ocular

El aumento de las hormonas durante el embarazo puede cambiar la calidad y la cantidad de producción de lágrimas en el ojo, lo que provoca el síndrome del ojo seco, con síntomas que incluyen lagrimeo excesivo, visión borrosa intermitente y una sensación frecuente de picor, arenilla o ardor.

Esto ocurre porque las diminutas glándulas lubricantes que recubren los márgenes de los párpados superior e inferior (llamadas glándulas de meibomio) producen menos sebo para mantener los ojos húmedos. Las glándulas pueden verse afectadas temporalmente por la disminución de unas hormonas llamadas andrógenos, debido al embarazo. 

Los síntomas del ojo seco a menudo se pueden tratar con lágrimas artificiales sin receta, así como compresas tibias suaves. 

Su profesional del cuidado ocular también puede recetarle gotas que traten la naturaleza inflamatoria del síndrome del ojo seco. Consulte nuestra guía informativa sobre las mejores formas de aliviar la sequedad ocular.

Cambios de refracción

La claridad de la visión depende de la forma en que nuestros ojos doblan, o refractan, la luz. Las desviaciones de la agudeza visual promedio de 20/20 se denominan errores de refracción, y estos se pueden corregir con gafas o lentes de contacto. 

El embarazo puede cambiar la forma en que sus ojos refractan la luz porque la retención de agua (piense en los pies, dedos y tobillos hinchados) puede engrosar la córnea y alterar la superficie frontal del ojo. Esto puede provocar cambios en la visión. 

La visión suele volver a la normalidad después del parto. 

Si los cambios son menores, los expertos recomiendan esperar hasta varias semanas después del parto para recetar lentes de contacto o gafas nuevas. 

Migrañas y mayor sensibilidad a la luz

Alrededor del 40 % de las mujeres en edad reproductiva experimentan migrañas en algún momento de sus vidas. 

Las mujeres embarazadas que sufren migrañas a menudo experimentan cierto alivio en el segundo y tercer trimestre del embarazo, pero pueden experimentar un brote en el período posparto debido a la abrupta disminución de los niveles de estrógeno.

La sensibilidad a la luz, también llamada fotofobia, es un síntoma común de las migrañas. 

“Tratamos las migrañas con analgésicos que son seguros para los bebés”, dice la obstetra Keisha R. Callins, doctora con un máster en salud pública, profesora asistente clínica de la Mercer University School of Medicine de Estados Unidos. 

“También recomendamos medidas simples como llevar gafas de sol o apagar las luces de la habitación”, añade.

Los cambios en la visión pueden advertir sobre una afección peligrosa

Los ojos pueden dar una señal de advertencia sobre una afección potencialmente grave durante el embarazo: preeclampsia, o presión arterial peligrosamente alta. 

Esta complicación afecta alrededor del 5 % de las mujeres embarazadas y puede ocurrir en torno a la semana 20 de gestación. 

La hipertensión y la proteinuria de nueva aparición (exceso de proteína en la orina) son dos síntomas cardinales de la preeclampsia y, dado que la presión arterial puede subir rápidamente y poner en peligro la salud de la madre y el bebé, es crucial recibir atención médica. 

Los síntomas oculares obvios incluyen visión borrosa, auras de luces intermitentes, moscas volantes o puntos oscuros en el campo de visión, incapacidad repentina para enfocar e incluso ceguera temporal.

Sin embargo, pueden ocurrir problemas oculares más importantes, como hinchazón y sangrado de la retina. A menudo también se presentan dolores de cabeza y malestar digestivo. 

“Es crucial que estas señales de advertencia no sean ignoradas”, dice Callins. “Si tiene estos síntomas, acuda a su médico para que la examine. La hipertensión durante el embarazo es la segunda causa de mortalidad materna”. 

Callins dice que el tratamiento con medicamentos para la presión arterial puede funcionar y, en algunos casos, si el embarazo está lo suficientemente avanzado, el parto prematuro es una opción. 

“Acabo de atender un parto en el que la madre ha dado luz a un bebé a las 31 semanas”, dice, “porque la madre tenía una presión arterial de 200/100”. 

Callins nos dice que tanto el bebé como la madre están bien. Comenta que si una madre ha tenido un episodio de preeclampsia en un embarazo anterior, se recomienda la administración de una aspirina diaria. 

“Puede ayudar a aliviar o prevenir el problema antes de que ocurra”, dice Callins. 

La diabetes y el embarazo presentan riesgos

Las futuras madres con diabetes deben ser supervisadas cuidadosamente durante el embarazo, dice Callins, porque el embarazo puede empeorar una enfermedad ocular preexistente. 

Se sabe que la diabetes daña los pequeños vasos sanguíneos de la retina en la parte posterior del ojo, lo que provoca la retinopatía diabética.

Los signos de retinopatía diabética incluyen visión borrosa, moscas volantes y puntos oscuros en el campo de visión; visión fluctuante; áreas oscuras o vacías en el campo de visión; y alteración de la visión del color. 

“Es posible que algunas pacientes diabéticas que tomen insulina oral deban tomarla en forma inyectable para controlar mejor la enfermedad”, dice Callins. 

Callins monitoriza complicaciones raras pero graves, como el desprendimiento de retina, que requiere cirugía láser inmediata para ser reparado. 

La diabetes gestacional, una afección que se agrava durante el embarazo y desaparece después del parto, también puede causar visión borrosa.

Cambios en la presión ocular

Nuestros ojos contienen un líquido transparente que está en circulación continua y ayuda a mantener el ojo “inflado”, de la misma forma que el aire mantiene inflado un globo. 

La presión ocular normal cambia a lo largo del día, estando generalmente entre los 10 y los 21 mmHG (milímetros de mercurio). Durante el embarazo, la presión ocular puede disminuir ligeramente.

Si una mujer embarazada está recibiendo tratamiento por glaucoma, debe revisar su medicación con su obstetra y/o su profesional del cuidado ocular para asegurarse de que sea segura durante el embarazo.

Embarazo y lentes de contacto

Si el uso de lentes de contacto le resulta incómodo durante el embarazo, puede que su profesional del cuidado ocular le sugiera el uso de lentes de contacto blandos desechables o lentes especiales que pueden abordar problemas relacionados con el ojo seco. También puede que le pida que modifique las horas durante las que usa los lentes de contacto. 

“A menudo les digo a mis pacientes que no usen lentes de contacto, o que se los quiten de vez en cuando para dejar descansar los ojos, ya que pueden ser especialmente irritantes con los ojos secos durante el embarazo”, dice Jessica Cameron, optometrista, miembro de la American Academy of Ophthalmology y profesional del cuidado ocular en el Departamento de Oftalmología de la Universidad de Florida. 

“También recomiendo un buen plan de lubricación con lágrimas artificiales y ungüentos”, añade.

Embarazo y LASIK: espere

Los profesionales del cuidado ocular no recomiendan someterse al LASIK (siglas en inglés de queratomileusis in situ asistida con láser, una cirugía ocular refractiva) durante el embarazo, ya que estos cambios de visión suelen ser temporales. 

Se recomienda esperar al menos seis meses después del parto antes de someterse a una cirugía refractiva. 

“Veo este tipo de cambios refractivos durante todo el embarazo”, dice Cameron. “Si a alguna mujer le molesta especialmente, suelo cambiarle la prescripción, pero siempre intento tranquilizarlas diciéndoles que estos cambios están previstos y que todo volverá a la normalidad después del parto”. 

Embarazo y visión

El embarazo es un momento glorioso en el que el cuerpo cambia rápidamente, por lo que es lógico que se necesite nutrir bien todo el cuerpo, incluidos los ojos, con alimentos saludables y una cantidad adecuada de descanso. 

Asegúrese de comer bien, incluidas muchas verduras de hoja verde, frutas y frutos secos, así como pescado con alto contenido de ácidos omega-3, como el salmón y las sardinas. 

Por último, descanse lo suficiente, manténgase hidratada y prepárese para el momento en el que tendrá a su bebé en brazos.

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