Secreción ocular: blanco vs. amarillo vs. verde
La secreción ocular en pequeñas cantidades es signo de tener ojos sanos. Si bien es común despertarse con un poco de mocos en los ojos, especialmente en el rabillo, un cambio en su color, consistencia o cantidad es indicador que debemos programar una cita con el médico. También puede haber oído referirse a esta afección con los términos mocos, mucosidad, baba o sueño.
Mocos en los ojos: secreción normal
Es normal que aparezca una pequeña cantidad de mocos en los ojos de color blanco o marfil (siempre que no sea pegajosa). Se trata del resultado de la película lagrimal que limpia la superficie de los ojos de polvo junto a otros residuos celulares. Parte de esta secreción ocular puede estar formada por el aceite junto a la mucosidad de la película lagrimal que queda después tras evaporarse el componente acuoso de las lágrimas.
Secreción ocular acuosa
En ocasiones, es posible que haya circunstancias en que las legañas en los ojos sean acuosas y excesivas (también denominada “lagrimeo reflejo”). Se trata de una sobreproducción temporal del componente acuoso de las lágrimas comunes, y suele aparecer para eliminar varias molestias:
Irritantes, como sustancias químicas o contaminantes
Alérgenos, como polen o caspa de mascotas
Sequedad por el viento, condiciones ambientales áridas o síndrome del ojo seco.
Si bien el lagrimeo como reflejo es un mecanismo de defensa corporal normal que se utiliza para limpiar los ojos o aliviar la sequedad aguda, tener ojos llorosos en exceso debería ser algo temporal y no ocurrir con frecuencia.
Mucosidad blanca en el ojo
La secreción ocular acuosa y blanquecina puede ser un signo de irritación ocular o una infección viral. Por ejemplo, conjuntivitis viral, resfriado ocular o herpes ocular. Aunque la mucosidad blanca en el ojo no siempre es motivo de preocupación, un aumento en la producción de secreción y/o un cambio en la consistencia son signos de atención.
En consecuencia, la mucosidad blanca en el ojo (y fibrosa) puede ser un indicio de conjuntivitis alérgica. Además, este tipo de secreción puede acumularse y adherirse al párpado inferior o interno.
Lágrimas amarillas en el ojo
Las lágrimas amarillas generalmente se deben a una infección bacteriana. Puede estar acompañada de múltiples afecciones, en concreto: obstrucción del conducto lagrimal, blefaritis, disfunción de la glándula de Meibomio, un orzuelo o conjuntivitis bacteriana.
En primer lugar, los mocos en los ojos de color amarillo o blanco en las lágrimas acuosas suelen ser un signo de dacriocistitis. Se trata de una infección del conducto lagrimal o del sistema de drenaje lagrimal. Otros síntomas pueden incluir enrojecimiento de los ojos, dolor facial y secreción de los puntos lagrimales (la abertura del conducto lagrimal). En caso de sufrir esta afección, puede volverse grave si no se trata rápidamente con antibióticos.
En segundo lugar, los restos de costras o las escamas a lo largo de la base de las pestañas pueden ser un síntoma de blefaritis. Se trata, o bien de una inflamación que ocurre cuando hay exceso de grasa o bacterias alrededor de los párpados, o bien de una disfunción de las glándulas de Meibomio.
En tercer lugar, la aparición de moco en el ojo de color amarillo puede ser el signo de un orzuelo. Un orzuelo es un bulto rojo doloroso que se desarrolla sobre el párpado o debajo de él cuando los folículos de las pestañas o las glándulas sebáceas se obstruyen e infectan. La mancha amarilla en el centro del orzuelo (que a veces parece un grano) puede contener pus amarillo, ¡pero no intente reventarlo! La mayoría de los orzuelos se curan por sí solos, pero si se revientan, la infección puede propagarse.
Finalmente, un moco en el ojo de color amarillo y espeso puede deberse a una conjuntivitis bacteriana, que es muy contagiosa. Esta secreción suele ser pegajosa y también puede ser de color blanco o verde.
Mocos en los ojos de color verde
Las lágrimas amarillas o verdes también suelen ser el resultado de una infección bacteriana. Por ejemplo, queratitis bacteriana, conjuntivitis bacteriana, orzuelo o celulitis periorbitaria (infección bacteriana de los párpados y los tejidos que rodean el ojo). La infección (y correspondiente secreción asociada) pueden estar relacionadas con diversos factores: rasguños o abrasiones en la córnea, el uso de lentes de contacto u otras causas subyacentes.
Además de causar una secreción espesa, pegajosa y verde, las infecciones bacterianas en los ojos también pueden causar enrojecimiento ocular, sensibilidad a la luz, hinchazón de los párpados y lagrimeo excesivo, junto con secreción seca en las pestañas y los párpados.
Cuidar la secreción ocular en casa
Si nota algún cambio en la secreción ocular, es importante limitar cualquier posible infección o daño. Si este fuera el caso, debe:
Lavarse las manos minuciosamente y con frecuencia
Evitar tocarse los ojos y la cara
Dejar de usar lentes de contacto y maquillaje
Lavar las fundas de almohadas, la ropa de cama y las toallas con agua caliente con regularidad y abstenerse de compartir estos artículos con otras personas
Nunca usar lentes de contacto por más tiempo del indicado.
Seguir estos protocolos ayudará a tratar cualquier infección en curso, evitando que se propague más y ayudando a frenar nuevos problemas.
Cuándo llamar a un médico
Si nota un aumento significativo de la secreción de los ojos, podría ser un indicio de algo grave. Si no desaparece en uno o dos días, consulte a un oftalmólogo para que lo evalúe y le dé tratamiento.
Si también siente dolor en los ojos o visión borrosa, consulte a su oftalmólogo de inmediato.
Página publicada en martes, 5 de noviembre de 2024
Página actualizada en martes, 12 de noviembre de 2024