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Parálisis de Bell: causas, síntomas y tratamiento

Ilustración de una mujer que padece la Parálisis de Bell

La parálisis de Bell es una debilidad o parálisis temporal del nervio facial conocido como séptimo par craneal. Este nervio controla las expresiones faciales, el movimiento de los párpados y los músculos de la frente y del cuello.

Normalmente la parálisis de Bell se produce de repente, y afecta a la mayor parte de uno de los lados de la cara. Su causa a menudo se desconoce, pero esta afección se ha asociado a ciertos virus como el Herpes simplex y el Herpes zoster. Los factores de riesgo para la parálisis de Bell incluyen la diabetes, el embarazo y la enfermedad de Lyme.

Las estadísticas muestran que la parálisis de Bell afecta aproximadamente a una persona de cada 60 o 70.

Después de la aparición repentina de la parálisis de Bell, la mayoría de las personas desarrollan una debilidad máxima en un plazo de 48 horas. Antes de su aparición, algunas personas sienten dolor detrás de la oreja.

Aunque la parálisis de Bell puede parecer similar a un accidente cerebrovascular, no hay ningún otro signo o síntoma neurológico presente.

¿Cómo afecta la parálisis de Bell a los ojos?

La mayoría de las personas con parálisis de Bell no son capaces de parpadear en el lado afectado de la cara. Al mismo tiempo, el párpado inferior puede quedar girado hacia afuera (ectropión). La cara y los labios en el lado afectado se quedan caídos y se tiene poco control sobre ellos, o no se tiene ningún control de su función muscular.

Puesto que el músculo que abre el ojo está controlado por un nervio craneal distinto, el ojo afectado se puede abrir con facilidad, pero no se es capaz de cerrar el párpado.

Como consecuencia, la mayoría de las personas con parálisis de Bell padecen una forma extrema de síndrome del ojo seco que se conoce como queratitis de exposición.

Tratamiento y recuperación de la parálisis de Bell

El tratamiento de la parálisis de Bell normalmente incluye el uso abundante de lubricantes oculares, como gotas para los ojos sin conservantes y pomadas oculares. Muchas personas necesitan un parche en el párpado o taparlo con una cinta para irse a dormir, para mantenerlo húmedo.

Si el párpado se queda girado hacia fuera, es posible que precise cirugía.

Aproximadamente el 80 % de las personas con parálisis de Bell se recuperan en un plazo de seis meses. No obstante, sin una atención adecuada del ojo afectado, puede padecer consecuencias innecesarias y permanentes como ulceración de la córnea y cicatrización de la superficie transparente en la parte frontal del ojo.

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